Para Izaskun L., por su cariño inmenso y su adopción resuelta.
Sentada en la sencillez del verso,
no pretendo más palabra que la que anude
mi orilla a tu río -caudal del abrazo-,
aquélla que siembra flores
en mitad de la angustia,
para adornarte donde más te quiero...
-ondas periódicas de ese sentir mío,
llevado al hombro-.
Sentada en la sencillez del verso,
mi orilla a tu río -caudal del abrazo-,
aquélla que siembra flores
en mitad de la angustia,
para adornarte donde más te quiero...
-ondas periódicas de ese sentir mío,
llevado al hombro-.
Sentada en la sencillez del verso,
no pretendo más palabra que la que recorre
la avenida con el descaro de la verdad
-como la tuya, desnuda de denarios y patrias-.
Que me quiero calle, madre,
-como tu alma, perenne, a cielo descubierto-
para repartir verbos de barro
entre los hombres
-alfareros olvidados del deus ex machina-.
Que me quiero gente, madre,
-como tu expresión y tus manos,
ajenas a la avaricia del entredicho-
para contar el grito de los muros
y vivirme desde la brevedad más cierta
-Ars Moriendi de mercadillo y empatía,
cargada en el cuadril-.
Sentada en la sencillez del verso,
no pretendo más palabra que la que reniegue
de tu lágrima -resabio de tristeza en balde-,
aquélla que quiera ser
tierra de labor
para el quehacer de convivirte
-márgenes de sentimiento y tinta-;
aquélla que habla
en tus sienes de cristal
-prosa fértil que pregona olas-;
aquélla que te busco -obligaciones que contraje
con la poesía, ya sabes-
y en la que te resguardo (mimos léxicos...)
soleada, renacida y sonreída
-como niña que aprende el diálogo de las alas-,
para que residas en la ductilidad
de tu humanidad, de mis años,
de nuestros umbrales de vida...
(Raquel T., 2009)
Imagen: Dreamspace Reloaded, de Denis Olivier
la avenida con el descaro de la verdad
-como la tuya, desnuda de denarios y patrias-.
Que me quiero calle, madre,
-como tu alma, perenne, a cielo descubierto-
para repartir verbos de barro
entre los hombres
-alfareros olvidados del deus ex machina-.
Que me quiero gente, madre,
-como tu expresión y tus manos,
ajenas a la avaricia del entredicho-
para contar el grito de los muros
y vivirme desde la brevedad más cierta
-Ars Moriendi de mercadillo y empatía,
cargada en el cuadril-.
Sentada en la sencillez del verso,
no pretendo más palabra que la que reniegue
de tu lágrima -resabio de tristeza en balde-,
aquélla que quiera ser
tierra de labor
para el quehacer de convivirte
-márgenes de sentimiento y tinta-;
aquélla que habla
en tus sienes de cristal
-prosa fértil que pregona olas-;
aquélla que te busco -obligaciones que contraje
con la poesía, ya sabes-
y en la que te resguardo (mimos léxicos...)
soleada, renacida y sonreída
-como niña que aprende el diálogo de las alas-,
para que residas en la ductilidad
de tu humanidad, de mis años,
de nuestros umbrales de vida...
(Raquel T., 2009)
Imagen: Dreamspace Reloaded, de Denis Olivier
11 comentarios:
Que fragancia de Amistad...
sublime.
recorro palabras y releo el Verso adaptando la mirada al cariño que abraza ese léxico, me invade una perentoria necesidad de reconocerme de nuevo anudado a otras Personas,
que ya sea por parentesco o por casualidad.
Que formas tienen tus emisiones en estos Versos, son sintonías perfectas para oídos duros, lo digo por mi.
Genial Amiga
besos volados.
Niña princesa soñada, la palabra que me arrulla has encontrado. Y ahora es el miedo a la decepción del encuentro en cuerpo y verbo, el instante en que decido que no huiré y descansando entre tus versos esperaré, impaciente, el momento de nuestro brindis.
Anudada estás, niña poeta. Y libre.
Te adoro.
Gracias.
Izaskun
Bien Raquel.
Muy bien.
Besos.
Te creces cada día que pasa, Raquel. Espléndido!!!!
Besos!
Que esas alas, llenas de bellas palabras te lleven donde tu quieras.
Un beso.
Sentado
en la calidez de tu verbo
me descubro el sombrero
para bendecirte
con toda mi paz & amor
Isaac
Espléndido regalo y estupendos versos, Raquel.
Te mando un abrazo grande, apresurado y rápido, aunque igual de intenso que los anteriores.
Evidentemente tenía que gustarle a Izaskun.
No hay mayor sinceridad que la que sale espontánea y bellamente de la sencillez del verso.
Besos.
Izaskun se tuvo que sentir en una nube, después de leer tus sentidas palabras.
Has estado estupenda, Raquel.
Siempre tu poesía es sublime, pero cuando está dedicada a la amistad alcanza una dimensión que va más allá del propio significado de las palabras. "Sentada en la sencillez del verso"... ofreces muchas cosas.
Besos.
ars poetica
un poema fascinante, Raquel... para leer despacio y saborear con maravillada lentitud
un beso
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